La mínima estafa
El minimalismo de Steve Reich es una estafa. ¿Quién se atreve a soportar más de 30 minutos de música cuyo "desarrollo" consiste en variaciones insulsas y predecibles? Comparado con el "minimalismo" poético de John Taggart, basado también en variaciones mínimas -aunque mucho más interesantes,- es pertinente señalar que el lenguaje y la técnica de composición empleados por Reich lo vuelven enteramente predecible: se trata, en cierto sentido, del sistema cerrado de afinación temperada, empleado de manera tonal. En Taggart, en cambio, aunque las variaciones están construidas con base en pequeñas alteraciones morfosintácticas, se genera un campo discursivo abierto, con un alto grado de indeterminación semántica, y por ello sin final predecible.
Un ejemplo más contra la falaz homologación de disciplinas artísticas.