Hubo un momento jonás en el que dentro de los árboles azules crecían los santos y al amanecer tallamos para convertirlos en gloria pero ésta parecía borrón de gruesos preludios ellos parecían anuncios bañados a la sombra brotando de los veteados manzanos maduros y la llegada esa llegada creció como crecieron los míseros satelites del acabado sol cuando el sol entró nosotros habíamos comido las pequeñas casas y tú bebías del oro candente que produjo la partida hacia nuestras sombras hay que decir hay que colocar la sosa palabra sobre un pedazo cristal para explicarte una esperanza comida por las mareas y navegar sobre el más cadáver hermoso del mundo
--de Nanas para dormir a Jonás, de Arturo Ramírez Lara, FETA 2009.
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