Y sin embargo se mueve...
--Galileo
Conozco a Arturo Ramírez Lara desde hace cinco agnos. Además, tuve el privilegio de tenerlo como alumno en una de mis clases de poesía, donde constaté lo que era bien conocido por condiscípulos y maestros en la licenciatura en letras donde estudió: su amor por la literatura (la poesía de Lorca, Huidobro o Vallejo, por ejemplo), su aguda inteligencia, su beligerante actitud crítica (no importa qué tan sagrada fuera la vaca literaria en cuestión) y su corrosivo sentido del humor. Ya como colega, pude apreciar su auténtico interés por el mejoramiento de las habilidades de los estudiantes en lo que respecta a la clase; asismismo, su preocupación por actualizarse como profesor y su profesionalismo en el cumplimiento de sus labores. Finalmente, tuve la oportunidad de ver su desarrollo como investigador gracias a las ponencias que presentó en un par de congresos internacionales de literatura. De las fiestas ni hablaré... por todo ello, le reitero públicamente mi amistad.
-Port
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