jueves, septiembre 09, 2004

"...si uno (un ángel) me llevara junto a su corazón , yo perecería por su existir más potente; porque lo bello no es sino el comienzo de lo terrible, justo lo que todavía podemos soportar."

--Rilke


Qué gratuita y desbordante felicidad puede provocar un encuentro con alguien que, emergido del reino de los muertos, aparece en toda su radiante (casi insoportable) concretud.

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