miércoles, diciembre 10, 2003

En Letras libres de diciembre aparece un texto de Gaspar Orozco, Huizong (por cierto sin página y omitido en el índice), que sería una preciosa miniatura, de no ser por una falla elemental: el autor decidió presentarlo en “cortes” versales, es decir, lo quiere hacer pasar como poesía versificada. Si lo hubiera dejado como poema en prosa o simplemente prosa, sería una piececita excelente.

Tal práctica está muy generalizado en los "poetas" actuales y es por eso que lo comento aquí. Se olvida que uno de los elementos constitutivos del verso es el ritmo, y que éste no se consigue cortando el discurso en la página. El ritmo es un elemento que procede del interior de las palabras y de las frases, de su estructura prosódica. El perfil rítmico que percibimos en cualquier verso español no es sino el resultado de la distribución de los acentos.

El texto de Gaspar está formado por cuatro estrofas, cada una correspondiente a una cláusula, o sea, a una unidad sintáctica. El problema es que tal distribución es gratuita, como se demuestra fácilmente si se presenta de otras formas. Veamos la primera estrofa:

“El Emperador Huizong pinto en algún momento de su reinado una pareja de pinzones posados sobre una rama de bambú”

o

“El Emperador
Huizong
pinto
en algún
momento
de su reinado
una pareja
de pinzones
posados
sobre
una rama
de bamboo”

Da lo mismo: el poema entero podría ser un párrafo o una sola línea.

Cuando me refiero al ritmo como elemento constitutiuvo del verso, no pienso sólo en ritmos prominentes, como los del Siglo de Oro o la poesía modernista, sino también en versos antirrítmicos o arrítmicos. Se trata más bien de la conciencia del ritmo, cualquiera que éste sea: justo lo que le falta a Gaspar, quien “piensa” en prosa, no en verso.

Un contraejemplo lo podemos encontar en los textos en prosa que conforman Libro de rutas, de Hernán Bravo, donde la disposición en párrafos no consigue ocultar la complejidad y el virtuosismo rítmico del discurso. Se trata en este caso de una postura crítica hacia el convencionalismo que supone la escritura versificada.

Por otra parte, el ritmo no lo es todo; si así fuera Tomás Segovia, Alí Chumacero o Bonifaz Nuño serían grandes poetas. La contundencia de un poema es resultado de la interacción de elementos prosódicos, morfosintácticos y semánticos, entre otros, pero ése es otro cuento…

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